La interoperabilidad del ecosistema fiduciario

Interoperabilidad

En el sector fiduciario, donde confluyen múltiples actores —clientes, entidades financieras, depositarios, autoridades de control, plataformas de recaudo—, hablar de interoperabilidad ya no es una opción técnica: es una necesidad operativa. Poder integrarse con distintas fuentes, sistemas y procesos sin depender de desarrollos costosos o estructuras rígidas es hoy un factor clave para competir, cumplir y avanzar.

La interoperabilidad no se trata solo de tecnología

Aunque el término puede sonar técnico, en la práctica, la interoperabilidad es una decisión de diseño organizacional. Es lo que permite que un equipo fiduciario pueda recibir en tiempo real una operación ejecutada en una bolsa, que el área de riesgos acceda a información consolidada desde el ERP, o que una autorización transaccional fluya desde el BPM al custodio y regrese con trazabilidad.

Cuando la información no tiene que duplicarse, transformarse o validarse manualmente, el trabajo se vuelve más confiable, más rápido y menos propenso al error. Y eso, en una actividad basada en la confianza, hace toda la diferencia.

Conectar sin fricciones

En este sentido, las plataformas tecnológicas especializadas —como el caso de SIFI®— han evolucionado para facilitar esta capacidad de integración desde el inicio. No como un agregado, sino como un principio.

La arquitectura de este tipo de soluciones permite integrarse con:

  • CORE bancarios y sistemas ERP, para automatizar conciliaciones, reflejar movimientos en tiempo real y garantizar la consistencia contable.

  • Infraestructuras de mercado, como bolsas, custodios y centrales de depósito, para operar sin fricciones en la ejecución, liquidación y registro de inversiones.

  • Plataformas de mensajería y automatización, como SWIFT, BPM o ECM, lo que habilita flujos seguros, trazables y regulatoriamente consistentes.

  • Sistemas internos, como CRM, LDAP o motores de BI, dando contexto completo a cada operación: desde quién la solicita hasta su impacto en el portafolio.

  • Redes de recaudo, para facilitar la entrada ordenada y documentada de recursos de terceros en la operación fiduciaria.

Una ventaja que no se ve, pero se siente

A veces, lo más importante es aquello que no se nota a simple vista. Cuando los sistemas se entienden entre sí, los equipos pueden enfocarse en lo importante: asesorar, tomar decisiones, generar valor.

No tener que exportar e importar datos entre herramientas. No depender del “correo con la información”. No perder tiempo en doble validación o interpretación de formatos.

La interoperabilidad es, en últimas, una forma de cuidar el tiempo, el esfuerzo y la confianza del equipo humano detrás de cada operación.

Pensar en red, actuar en red

El sector fiduciario está cambiando. Ya no es un entorno de sistemas aislados, sino un tejido de relaciones técnicas, legales y humanas que exige conexión y coordinación.

La pregunta no es si se puede integrar una solución, sino cuánto se facilita ese camino, cuánto aporta a la solidez operativa, y cómo habilita una respuesta más rápida y responsable a los retos del día a día.

La interoperabilidad, bien entendida, es un facilitador silencioso de todo esto. Y tal vez sea esa su mayor fortaleza.

Tendencias emergentes en ciberseguridad

Ciberseguridad basada en IA y nube

Las decisiones estratégicas sobre inversión, transformación digital o expansión regional no pueden desligarse del análisis de riesgos cibernéticos. Lo que está en juego no es solo la operación diaria: es la confianza de los clientes, la reputación de la marca y el cumplimiento normativo.

Desde nuestra experiencia acompañando a organizaciones del sector financiero, compartimos cuatro tendencias clave que están redefiniendo la seguridad de la información en América Latina.

1. La IA como escudo y centinela

De la detección tardía a la anticipación proactiva

Las herramientas tradicionales ya no son suficientes. Los ciberataques actuales son cada vez más silenciosos, más veloces y muchas veces, más sofisticados que la capacidad de respuesta humana. Por eso, la inteligencia artificial está jugando un papel decisivo: no reemplaza al equipo de ciberseguridad, lo potencia.

Hoy, muchas organizaciones están adoptando soluciones que integran machine learning para detectar comportamientos anómalos en tiempo real: accesos inusuales, transferencias atípicas o movimientos internos sospechosos. Este tipo de herramientas permite anticiparse a una amenaza antes de que se convierta en incidente.

¿Qué estamos viendo en el sector financiero?

  • Interés creciente por integrar IA en centros de monitoreo (SOC).

  • Automatización de respuestas ante eventos críticos.

  • Reducción de tiempos de detección y contención de amenazas.

 

2. La nube como aliada de una protección más flexible

Descentralización operativa, centralización de la protección

Cada vez más entidades del sector financiero están migrando parte de sus operaciones y servicios a la nube. Esto no solo responde a una estrategia de transformación digital, sino también a una necesidad urgente: mantener protegidos los datos, incluso en entornos distribuidos o híbridos.

Las soluciones de ciberseguridad en la nube ofrecen hoy capacidades antes impensables:

  • Supervisión unificada de entornos on-premise y cloud.

  • Aplicación de políticas de seguridad consistentes en distintas sedes o filiales.

  • Escalabilidad sin comprometer el cumplimiento.

Pero este cambio también exige un nuevo enfoque: ya no basta con proteger el perímetro, porque los datos ya no tienen uno solo. Lo que necesitamos proteger es el dato en movimiento, en reposo y en uso, sin importar dónde esté alojado.

 

3. Avances en regulación: una realidad cada vez más cercana en LATAM

Los cambios regulatorios en materia de ciberseguridad y protección de datos no son una predicción: ya están ocurriendo. En países como Brasil, Colombia y México se han fortalecido las normas de reporte obligatorio de incidentes, privacidad y gestión de riesgos.

Esto significa que las organizaciones ya no solo deben “estar protegidas”, también deben demostrarlo:

  • Documentar políticas, controles y protocolos.

  • Tener capacidad de respuesta clara frente a auditorías.

  • Garantizar la trazabilidad y la gestión del riesgo cibernético como parte de su gobierno corporativo.

Para los líderes del sector, esto implica anticiparse, entender qué requerimientos vienen, cómo afectan a sus operaciones y cómo alinear a los equipos de TI, riesgos, cumplimiento y legal en una sola estrategia.

 

4. La dimensión humana

Si hay algo que aprendimos trabajando con organizaciones financieras es que la tecnología puede ser la mejor, pero si no hay conciencia del riesgo, es vulnerable.

La ciberseguridad también es una cuestión cultural. Desde el uso responsable del correo hasta la detección de intentos de fraude sofisticados, el comportamiento de cada colaborador cuenta. Y aún más, el compromiso del liderazgo también lo hace.

¿Qué están haciendo las organizaciones más maduras?

  • Capacitaciones breves, dinámicas y frecuentes.

  • Simulaciones reales de ataques para entrenar la reacción.

  • Revisión periódica de perfiles con acceso a información sensible.

La seguridad no se terceriza por completo. Se construye día a día, desde el interior.

Desde ITC Soluciones Tecnológicas, creemos que el rol de la tecnología es claro: apoyar a las instituciones financieras en la toma de decisiones informadas, alineadas con los desafíos regulatorios, la evolución tecnológica y, sobre todo, con la necesidad de proteger la confianza de sus clientes.

La ciberseguridad ya no es un asunto “de sistemas”. Es un asunto del negocio. Y quienes lo entiendan primero, estarán mejor preparados para liderar el futuro.

La Importancia de la Ciberseguridad en la Gestión de Fondos de Inversión

La ciberseguridad en la gestión de fondos de inversión

En el dinámico mundo de la gestión de fondos de inversión, la ciberseguridad ha emergido como un componente esencial para salvaguardar los activos y mantener la confianza de los inversores. La reciente sofisticación de los ciberataques y la integración de tecnologías avanzadas en las operaciones financieras exigen una atención meticulosa a la seguridad digital.

Panorama Actual de las Amenazas Cibernéticas

Según el diario El País, el año 2024 fue testigo de un incremento sin precedentes en ciberataques, con pérdidas estimadas en 10.000 millones de euros, duplicando las cifras del año anterior.

Este aumento se atribuye, en parte, al uso de inteligencia artificial por parte de los ciberdelincuentes, lo que les permite ejecutar ataques más precisos y devastadores.

El sector financiero, y en particular la gestión de fondos de inversión, se ha convertido en un objetivo prioritario para los atacantes. En 2024, se observó un notable incremento en la actividad de troyanos bancarios diseñados para robar credenciales y datos financieros.(cincodias.elpais.com)

Regulaciones Emergentes en Ciberseguridad Financiera

En respuesta a estas amenazas, el marco regulatorio europeo ha introducido el Reglamento de Resiliencia Operativa Digital (DORA), que entró en vigor el 17 de enero de 2025. DORA establece requisitos estrictos para que las entidades financieras, incluyendo los gestores de fondos de inversión, fortalezcan su ciberresiliencia y gestionen eficazmente los riesgos relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

El Reglamento de Resiliencia Operativa Digital (DORA), aunque es una normativa europea, tiene implicaciones significativas para el sector financiero a nivel global, incluyendo Latinoamérica. Al igual que el GDPR influyó en la creación de normativas de protección de datos en distintos países, es probable que DORA impulse una evolución en la regulación de la resiliencia digital a nivel global. En Latinoamérica, donde la digitalización del sector financiero avanza a gran velocidad, su impacto podría ser significativo. La interconexión con entidades europeas y la creciente preocupación por la ciberseguridad podrían acelerar la adopción de marcos regulatorios inspirados en DORA. Esto no solo contribuiría a la mitigación de riesgos cibernéticos, sino que también fomentaría la armonización normativa, fortalecería la confianza en los servicios financieros y prepararía a la región para enfrentar amenazas tecnológicas en un ecosistema global cada vez más exigente.

 

Mejores Prácticas para la Gestión de Fondos de Inversión

Para mitigar los riesgos cibernéticos y cumplir con las regulaciones vigentes, las gestoras de fondos deben implementar estrategias de ciberseguridad robustas y actualizadas. A continuación, se detallan algunas prácticas recomendadas:

 

1. Evaluación Continua de Riesgos

Realizar evaluaciones periódicas de riesgos cibernéticos permite identificar vulnerabilidades y establecer prioridades en las medidas de mitigación. Este enfoque proactivo es esencial para adaptarse a las amenazas emergentes.

2. Implementación de Tecnologías Avanzadas

Adoptar soluciones de seguridad basadas en inteligencia artificial y aprendizaje automático mejora la capacidad de detección y respuesta ante amenazas, permitiendo una defensa más efectiva contra ataques sofisticados.

3. Formación y Concienciación del Personal

Capacitar al personal en prácticas de ciberseguridad y fomentar una cultura de seguridad reduce el riesgo de incidentes originados por errores humanos, como el phishing y otras técnicas de ingeniería social.

4. Gestión de Incidentes y Respuesta Rápida

Establecer protocolos claros para la gestión de incidentes cibernéticos asegura una respuesta rápida y efectiva, minimizando el impacto en las operaciones y la reputación de la entidad.

Su SARLAFT puede ser fuente de riesgos sobre la Información

SARLAFT ante Riesgos de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo

Los recientes ataques cibernéticos a través de los cuales se ha materializado el robo masivo de información, muestran nuevamente la importa ncia de gestionar de forma adecuada los riesgos de la gestión de los datos sensibles y quienes tienen acceso y control de la misma. Dentro de las entidades del sector financiero la evolución de SARLAFT  en materia del conocimiento del cliente permite un mayor acceso a este tipo de información por lo cual es un reto importante la protección de esta, no solamente desde la infraestructura tecnológica sino también desde el mismo nivel de confidencialidad que deben guardar aquellos que puedan llegar a tener contacto con la misma.

Con la evolución del SARLAFT 4.0 y según las tendencias en materia de la gestión de Riesgos de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo se busca un conocimiento de cliente más efectivo que permita la mitigación de los riesgos, destacando como componentes fundamentales la información y el uso de herramientas tecnológicas.

 

Control de Riesgos

De acuerdo con esto los procesos de conocimiento de Cliente se han simplificado apalancándose en el uso de herramientas que permiten la recolección eficaz de la información, tomando como fuente primaria el cliente, sin dejar de lado el uso de bases de datos y otros artefactos que permitan un mayor grado de confiabilidad. Sin embargo, este mayor acceso a información sensible de los clientes  requiere que el almacenamiento y gestión de la misma tenga: 

  •  La adecuación tecnológica en materia de seguridad necesaria para prevenir el acceso irregular, la alteración o pérdida.
  • Una infraestructura robusta que impida la pérdida de información que pueda determinar la viabilidad de las operaciones de los clientes según su perfil SARLAFT.
  • La incorporación de elementos de seguridad complementarios que estén a la vanguardia en la protección de la información. 

Con estas 3 consideraciones es posible mitigar riesgos operativos, previniendo que ataques como los que se han visto recientemente en el país den lugar a la materialización de los riesgos por la filtración de esta información sensible, evitando así que el control de riesgos de SARLAFT se convierta en una potencial fuente de vulneración de la seguridad de la información. de esta manera se encuentran la tecnología debe ser un aliado fundamental para lograr los objetivos del negocio, cumplir con la normatividad y mitigar los riesgos, es por ello que aplicaciones como SIFI® Plus, evolucionan constantemente en su infraestructura, tecnología y sus mecanismos de administración y seguridad, para prevenir estas situaciones.

De esta manera, con la permanente evolución de la sociedad de la información y de las herramientas que le dan lugar, es fundamental que la tecnología avance consistentemente para estar a la vanguardia en la atención de los riesgos y los mecanismos que se desarrollan para su materialización, evitando que un control para la mitigación de un riesgo  se convierta en una fuente potencial en la materialización de otro.